lunes, 13 de octubre de 2008

La forma correcta de aprender

En El amor en los tiempos del cólera, uno de los libros casi perfectos de Gabriel García Marquez, hay un pasaje que me impresionó profundamente(A mí también)(Pero es que a vosotros es fácil):
Se llevó a su casa una de las máquinas de la oficina en medio de las burlas cordiales de los subalternos: “Loro viejo no aprende a hablar”. Leona Cassiani, entusiasta de cualquier novedad, se ofreció para darle lecciones de mecanografía a domicilio. Pero él estaba contra los aprendizajes metódicos desde que Lotario Thugut quiso enseñarlo a tocar el violín por notas, con la amenaza de que iba a necesitar por lo menos un año para empezar, cinco para ser aceptable en una orquesta profesional, y toda la vida de seis horas diarias para tocarlo bien. Sin embargo,
él consiguió que su madre le comprara un violín de ciego, y con las cinco reglas básicas que le dio Lotario Thugut se atrevió a tocarlo antes de un año en el coro de la catedral, y a mandarle serenatas a Fermina Daza desde el cementerio de los pobres según la dirección de los vientos. Si esto había sido a los veinte años con algo tan difícil como el violín, no veía por qué no podía serlo también a los setenta y seis con un instrumento de un solo dedo como la máquina de escribir.

Así fue. Necesitó tres días para aprender la posición de las letras en el teclado, otros seis para aprender a pensar al mismo tiempo que escribía, y otros tres para terminar la primera carta sin errores, después de romper media resma de papel. Le puso un encabezado solemne: Señora, y la firmó con la inicial de su nombre, como solía hacerlo en las esquelas perfumadas de su juventud. La mandó por correo, en un sobre con viñetas de luto como era de rigor en una carta para una viuda reciente, y sin el nombre del remitente al dorso.

En dos párrafos y con la clarividencia de quién escribe poesía en forma de prosa, expone un montón de cosas de cosas, que junto con mis axiomas, forman parte de mis creencias.

La capacidad de alguien no se ve mermada por la edad, sólo por los prejuicios. A Florentino Ariza, el protagonista de l párrafo y del libro, le daba igual ser viejo, lo que dijeran los demás o cualquier otra cosa. Quería aprender a escribir a máquina y simplemente lo hizo(Ahhh, el poder del amor....sigh....) Si nosotros nos lo planteamos en seguida sale, "Pero yo es que no soy capaz de hacer eso." o "A mí no se me da bien eso." Puede que no haya cosas que me cabreen más (No te enfades, que no solucionas nada.) Porque en realidad lo que quieren decir es "No tengo ganas de hacer eso" o "El esfuerzo que supone es algo que no estoy dispuesto a hacer" y si lo dijese así, pues vale, pero de la otra forma es como decir, "No te has esforzado, es algo que venía en tu programación de serie, yo soy bueno en cosas en las que tu nunca podrás alcanzarme..." Tonterías. Está demostrado(Lo que está demostrado es que eres tonto), científicamente (Así también), que cualquier persona que estudie algo durante diez años, se convierte en un profesional de eso (Algunos ni cien años) La pregunta correcta no era ¿Por qué no soy bueno en esto?(Pero si yo soy bueno con todos) sino ¿Por qué no puedo ser bueno en esto? (Porque eres tonto, y parece que además sordo)Y la respuesta es que en un ser humano normal, no hay ningún impedimento, más tarde aparecerán cosas como oportunidad, motivación, dirigir bien el esfuerzo, etc...(La pedagogía no aún no sabe como hacernos aprender de forma correcta, sino ya seríamos esclavos de un sistema político autoritario para ser sus peones, ¿no lo somos aún?)
Ni siquiera se lo planteó, cogió su máquina, trazó un plan, y después lo hizo. No hay que hacer más para la mayoría de las cosas.

La otra cosa que me impresionó es la forma tan natural de abordar su problema y condensar todos los errores en el mínimo de tiempo posible. Sabía que quería escribir tal y como hablaba, pero en vez de aprender como a otra persona le había ido bien, o otra persona pensaba que le iría bien, abordó el problema desde cero.Y después se puso a trabajar en el tanto como pudo. Hasta que le salió bien, pero además es que, sabiendo que se iba a equivocar miles de veces, como eso no se puede evitar cuando haces algo nuevo, decidió minimizar el tiempo en el que se iba a equivocar de forma sistemática por "no saber". ¿Cómo? Practicando hasta que le salió bien, hasta que superó la diferencia entre conocer y saber.

¿Aún hay algo que no seas capaz de hacer?

1 comentario:

falele dijo...

Definitivamente SI, y no hace falta que te diga QUE :(