viernes, 28 de noviembre de 2008

Lo que nos diferencia (Parte 2)
Matemáticas de humildad

En el anterior post propuse simplificarnos (¡Ups!, se me olvidó)(A mí no, es que no te hago ni puto caso)



Si lo hacemos con el aspecto físico e intentamos describir a alguien, evidentemente podemos decir que tiene un tatuaje en el tobillo izquierdo con forma de elefante y mato a Bill en el comedor con la pistola, pero es más lógico empezar con cosas del estilo: edad, con la edad podremos dar un rango de altura (no hay bebés de 1.70 metros ni adultos de 45 centímetros...) color del pelo, raza, corpulencia. Ya estamos muy ajustados... color de los ojos...cociente entre la longitud de las manos y la altura (para saber como de largas tenemos las extremidades)... joder, se parece mucho a mí, distancia entre ojos y a la barbilla, tipo de nariz ¡No hay mucho más! No somos tan diferentes, con sólo 10 parámetros ya podemos clasificar a toda la humanidad. Esta forma de clasificar se llama árbol de decisiones, y no parece que tenga mucho nudos y ramas para llegar a distinguir a todo el mundo, ¡sólo 10! ¡Con razón nos parecemos tanto!¡Da miedo! Podemos definir el aspecto físico de alguien con sólo diez o quince parámetros...Quizás no seamos tan especiales, porque la verdad es que en este aspecto nonos diferenciamos mucho los unos de los otros, es que sencillamente no nos damos cuenta porque no nos hemos juntado en el mismo sitio todos los que estamos dentro de la misma horquilla.

Si lo hacemos con el aspecto psicológico y nos simplificamos, ¿cómo nos describimos? Cuando uno piensa en si mismo siempre se olvida del aspecto físico y piensa soy:(¡un buen tío!) ¡Un tipo normal! (¡Lo mejor que te podía haber pasado!) Pero, para definirnos la cosa se pone más peliaguda y decimos, siempre dependiendo de con quien hablemos, y lo que vaya buscando esa persona, pues... soy en lo que trabajo/o he estudiado, de tal partido, religión etc...y empezamos a encasillarnos en más y más grupos ¡Eso no nos define! ¡No somos parte de un grupo!¡Eres una unidad en ti mismo!¡Piensas por tu cuenta!¡Cada acción tuya es una decisión que has tomado! (o una consecuencia de ella, ver primer axioma )¡No es nunca algo que te veas obligado a hacer...! Entonces...¿cómo me defino?¿qué me hace ser diferente de cualquier otra persona?

lunes, 24 de noviembre de 2008

Lo que nos diferencia (Parte 1)
Esto es un elefante...

Pues resulta que hago origami (¿Qué?), o papiroflexia (¿Tampoco me entero?¿Lo qué?), además en la vertiente más estricta, es decir, conseguir lo que sea con una única pieza de papel cuadrado la mayoría de las veces, sin cortes ni pegamentos(Y si te aburres, ¿por qué no te haces pajas miras la tele? como todo el mundo) Si la figura merece la pena, vamos si está chula, sí que hago figuras que requieran más de una hoja, soy débil. Pero a lo que vamos, la de la foto(¡Qué bonita! pero, ¿qué es?) puede que sea la figura más simple que puedes hacer, el elefante de un solo pliegue (Diseñada por David Mitchell, de los mejores del mundo en eso) ¿No lo ves?(No... :s) Está mirando hacia la derecha (Bueno, si tú lo dices...) No es que este tipo no sepa hacer figuras complicadas (Es que es un máquina que consigue engañar a idiotas como tú...)(De hecho, no sólo las hace sino que además las diseña, cosa infinitamente más complicada)
Lo especial de esta figura es que ilustra una de las características más importantes del origami: simplifica el objeto. El origami, es un arte que conceptualiza y abstrae, que sugiere, el resultado último puede ser ultrarrealista, pero, no es necesario para crear una figura. Esto es extensible a la mayoría de las cosas, no hay porque olvidarlo todo como hacen en física, que el modelo de gallina es esférico y sólo funciona en el vacío, pero tampoco necesitas una descripción de cada ínfimo detalle. No hace falta mirarlo todo todo todo al milímetro para hacer algo que represente la realidad, o una idea. Éste es el principio del razonamiento que voy a a hacer para señalar lo que nos diferencia a unos de otros, al menos en mi opinión(¿Quieres que te diga lo que vale tú opinión?¿O lo qué podrías hacer con ella?) Podemos simplificarnos, podemos hacer un "modelo" de humano, y no me refiero únicamente al aspecto físico sino a nuestra programación para la vida. ¿Cómo te definirías? (¿Quieres que te diga yo cómo te definiría?)

domingo, 9 de noviembre de 2008

Nunca fui un dragon

Los Dragon Bronx (Dicho así, sin tilde en dragon, de Dragon Ball la serie de Akira Toriyama con Son-Goku, etc... y Bronx por aquellos del Bronx de Nueva York y su fama de barrio duro...) era el equipo de mis amigos en el instituto (¡Qué bonito!¡Tenías amigos!) y nunca fui miembro (No me extraña) Yo jugaba siempre con ellos al baloncesto, pero no los partidos oficiales los de la liga del instituto, que me coincidían con las clases de inglés. Justo cuando salía (mis clases eran al lado) llegaba para ver un espectáculo completamente diferente cada vez, ganaban por 20 puntos, perdían de 3, defensa al hombre, mixta, incluso una arriesgadísima zona 3-2 contra tiradores (Un pivot podía destrozarte si no defendías bien abajo, aunque hacías un super contraataque y era muy difícil que te clavasen un triple) eso sí, había un factor común en todos los partidos,siempre había una bronca, ya fuese dentro o fuera del equipo.
Pues es el caso es que nunca fui oficialmente un miembro, de hecho no disputé nunca un partido con ellos, con lo que me quité mucho "puteo" de encima (Pues mira que bien), porque buena le caía al que la cagaba con la bola (Y todos sabemos lo que hubieras hecho) Aunque dada la amistad que tenemos, me da igual. Pero hay dos cosas que aprendí viendo aquello y que espero que no se me olviden nunca.

Una cosa es la diferencia entre dentro y fuera de la pista. Podías pelearte todo lo que quisieras dentro de la pista, pegarte codazos y cosas así, pero después, conforme salías, lo olvidabas todo, o por lo menos no lo llevabas o intentabas llevarlo al plano personal. Conozco gente de otros equipos que dejó de jugar porque todo lo que se le decía lo llevaba al terreno personal, si continuamente te rascas una herida, nunca se cierra. Si alguien te dice algo, si lleva razón, pues vale, quizás pueda ser más considerado, y si no la lleva, o en realidad no tiene nada que ver contigo, olvídalo.

La otra cosa es que no importaba que fueses malo, pero no había excusa para no "echarle huevos." Si eres lento, puedes correr, aunque el otro corra más, si eres torpe, tienes que intentar quitarle la bola, aunque ni siquiera sepas que ya ha dado un pase, si no tienes puntería o no sabes colocarte, no falles el tiro y no vayas a estorbar (¿Y si eres tonto?) Puedes ser cualquier cosa, pero, ¿no intentarlo? ¿no esforzarte? No hay excusa para eso (¿No?) Al final todo sale. Nunca dejes de intentarlo.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Sobre Tales y la inutilidad

Pues ya comenté en otra entrada que iba a contar una anécdota sobre Tales de Mileto y en la búsqueda me he encontrado una perla de Pablo García Castillo que explica bastantes cosas y resulta interesante, podéis encontrarla aquí.
He copiado las dos sobre Tales (Espero que no le moleste)(Espero que te denuncie, aunque él se las copió a otros...aunque lo llama bibliografía) pues una sirve de introducción a la otra,

-Se cuenta de Tales que mientras se ocupaba de observar la cúpula celeste y miraba hacia arriba cayó en un pozo. De lo cual se rió una graciosa y bella esclava tracia a la vez que decía: Quieres saber con verdadera pasión qué es lo que hay en el cielo, pero no ves lo que hay a tus pies, delante de tus narices.
Aristóteles: Política, 1340 b 18. Véanse también los clásicos textos: Platón: Fedón 88 d y Aristóteles: De anima I 4, 407 b 27.


-Reprochándole, a causa de su pobreza, la inutilidad de la filosofía, se dice que, sabiendo por las estrellas cómo sería la cosecha de aceitunas, siendo aún invierno y disponiendo de un pequeño capital, tomó mediante fianzas todas las prensas de aceite de Mileto y de Quíos, alquilándolas por muy poco, pues nadie compitió con él. Cuando llegó la oportunidad y súbitamente muchos a la vez buscaban prensas, las alquilaba como quería, reuniendo mucho dinero, demostrando así qué fácil resulta a los filósofos enriquecerse, si quieren, pero no aspiran a ello.
D. Innerarity: La filosofía como una de las bellas artes, Barcelona, Ariel, 1995, p. 122. En todas las páginas del libre se percibe la idea de la filosofía como el arte de atender a la experiencia de la vida humana, lejos de abstracciones o distracciones intencionadas. La filosofía es también, para Innerarity, el arte de establecer vínculos entre los saberes, con cierta flexibilidad de temple humorístico, que pone en ejercicio una razón discursiva, narrativa e incluso cómica. De su último capítulo “La razón cómica” he tomado algunas de sus más brillantes imágenes.

Imaginaos el patio, Tales en Mileto, un pueblo de la antigua Grecia ¿cuántos habitantes contando las cabras? y el tío se cae en un pozo. El cachondeo padre. El tonto del pueblo. Éste, inutil perdido. Nadie dice que no le pasara, pero lo que hacía era observar las estrellas para que los del pueblo y los mercaderes pudieran guiarse por las estrellas mientras navegaban, no que se le fuese la pinza. Por cierto, lo consiguió. Él ya era un buen astrónomo y un matemático importante, tiene un teorema con su nombre, para pesadilla de los escolares, lo que en matemáticas significa que es importante(Se le atribuye ser el primero en calcular correctamente la altura de las pirámides, además de la primera frase de la filosofía) Pero todo daba un poco igual, el tonto del pueblo. Me imagino que tampoco le importaría muchísimo, pero pensad cuanto controlaba, que fue capaz de predecir como iba a ser la cosecha de aceitunas, y nadie más era capaz de hacer eso. Después de eso, no creo que le llamaran el tonto del pueblo ¿Por qué lo haría? ¿Por dinero?¿Para que parase el cachondeo? ¿Lo que opinen los demás o lo que tú pienses? ¿Qué será más importante?